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yo te prometo amor eterno, porque sí

> barrunto…

Las relaciones son extrañas. Las de pareja, digo ahora. Son un tipo de relación con características únicas dentro su grupo, una especie de superliga. Tienes una madre, pero no tienes que vivir con ella toda la vida. Tienes amigos, sales con ellos por ahí, juegas, te ríes. Tampoco tienes que vivir con ellos todo el tiempo para que sean verdaderos amigos. Hermanos, tíos, primos… más de lo mismo. Pero la pareja requiere convivencia… es un asunto que se me escapa, pese a haberlo frecuentado el 81.58% de mi vida adulta (desde los 16 años he estado 3 años y medio sin pareja, y tengo 35).

> evolucionamos…

Este enigma de la pareja tiene su sentido evolutivo, cómo casi todo cuando uno busca un punto de partida, y las cifras son y constan de que el bipedismo y el mantener el tronco erguido produjo el estrechamiento de la cadera y su rotación hacia delante, y la primera dificultó el parto y, voila, resultó en el nacimiento de una criatura a medio hacer, que se tenía que terminar fuera para que literalmente tuviera por dónde salir. Crías más dependientes por estar menos formadas tendieron a favorecer parejas estables como soporte a ese desarrollo más complicado. La peligrosidad del parto debido a una arquitectura no adecuada de nuestra especie se refleja en los índices de mortalidad de la madre a lo largo y ancho de la historia durante el parto, escalofriantes, y aunque bien pudiera ser que muchas de las muertes tuvieran como causante la higiene (su ausencia) también es cierto que la humanidad no destaca especialmente en la idoneidad de sus mujeres para traer vástagos al mundo, porque, seamos sensatos, que no nos cuenten milongas: cabe, pero con bastante dificultad. Que se lo digan a los índices de cesáreas, también escalofriantes aunque quizá abultados por otros motivos.

Eso es irse por las ramas, me temo.

El caso es que este echar niños a la tierra muy dependientes fomenta la pareja, pero también puede fomentar la comunidad (y entiende por «comunidad» lo que tú quieras)… pero como en este caso los genes del padre son los que están ahí, le interesaba quedarse cerca y ver que la cosa crecía adecuadamente. Sano y tal. (Y no es que la selección natural buscara nada, sino más bien que el fitness biológico se eleva cuando una pareja comparte responsabilidades, y disminuye cuando no. Y así, aunque habría que demostrar por qué tiene más posibilidades de sobrevivir un crío con un padre responsable que otro con una comunidad responsable, añades tiempo al asado y la conclusión es meridianamente lógica: pavo).

> ¿y ahora qué?

Más allá de cientos de condicionantes culturales repetidos hasta aburrir incluso a un amante de los musicales, esa es la respuesta a la pregunta: ¿por qué la pareja a lo largo de la historia? Por tus caderas, baby, y que porque por mucho que me guste verte sometimes on all fours, somos bípedos.

Pero ahora… en estos momentos… la propia evolución cultural de la especie humana tiende a multiplicar los hitos en los cuales una pareja va careciendo de sentido. Tenemos necesidades sexuales que no tienen por qué ser cubiertas por una pareja, el crío lo cuidan abuelos, tíos, niñeras… y tenemos una Seguridad Social recién premiada que se ocupa de su salud cuando vemos mal al retoño.

Y eso sigue siendo una estupidez. A lo largo de la historia siempre ha habido individuos reacios a la vida en pareja, aunque se supone que su descendencia no era tan viable como la de los que nacían debidamente con su señor paquito y su señora antonia; pero la evolución es una norma de absolutos a lo largo del tiempo, no de individuaciones temporales, si hablamos de absolutos la ecuación nos da la pareja después del igual, pero si hablamos de casos particulares… ha habido de todo. Parece que se nos olvida que siempre hubo múltiples formas, tantas como personas (optimista que es uno). Quizá entonces no fueran viables a largo plazo, pero asumir que eso debe ser así siempre es caer en la falacia naturalista, y hacerlo hasta el fondo. Y hacerlo bien.

Quizá eso ha terminado, ha caducado, huele, apesta. Pero las rupturas de paradigma siempre han sido tremendamente dolorosas. Y difíciles. Casi parturientas, en sentido clásico.

> conclusión for real lovers

¿Qué sentido tiene la pareja ahora?, eso es lo que me pregunto. Y la respuesta, aunque parezca desazonadora, es ninguno. No tiene ninguno. Y esa es su única maravilla. Su estupenda maravilla. Al fin y al cabo, qué cutre es mantener una pareja con el fin de criar críos. Con el fin de pagar una hipoteca. Con el fin de tener a alguien al que llorarle por las noches. Es tremendamente materialista, es algo mediado, un recurso, una herramienta, el amor no es libre cuando responde a una serie de necesidades, cuando es un valor de cambio.

Se abre el camino del amor romántico, el de verdad, el que se defiende y se mantiene cuando se presenta. Que ya es raro. Y cada vez lo será más. Hasta que deje de ser raro en absoluto.

Porque el amor, una vez liberado de sus ataduras mundanas, es posible que renazca y se multiplique libre, sin causa alguna.

Simplemente porque nos gusta amar.

Y quizá entonces la convivencia no sea necesaria, y muchísimo menos suficiente.

La iglesia y la moral al uso nos pegarán hasta entonces con su amenaza de espada de Damocles demoníaca. Y las estructuras clásicas también. Pero el amor, quiero creer, es algo que trasciende lo intrascendente. Que vive allí donde hay un poco de agua, algo de sol, un beso pequeño, tu pelo vivo de sal rozando mi hombro, mi mano en tus caderas sintiendo la tibieza de tu piel.

El amor no tiene sentido ni utilidad alguna.

Ese es precisamente su sentido.

(Optimista que es uno).

1 comentario

  1. Si ahora hubiera alguien a mi lado, en mi misma cama, no me plantearía nada de esto. No habría dudas ni búsquedas ni balanzas. Vivir solo implica reinventarse en cada momento, buscar planes, llenar tiempos. No hay nada hecho: todo está por hacer. Todo es abismo, improvisación, lucha. Con alguien, sin embargo, hay un proyecto en común: Tiras de ella y ella tira de ti. Simbiosis, lo llaman. Y si te falta energía, pasas a modo ECO y chupas de la suya, quiero decir.

    Nilibreniocupado.

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