La vida es interesante por muchos motivos. Juanjo, me decía Abe, siempre comentaba que cada día sale un tren a alguna parte. Y es cierto, aunque a veces uno se estanca y parece que el mundo se detiene.
Pero es mentira, todo sigue moviéndose. Te parece que has muerto, pero es mentira. Sucede algo, algo te pilla de improviso (las cosas no se toman la molestia de tenerte en cuenta) y te sientes vivo. Nunca sé qué es lo que me lleva a alguna parte en concreto. Ni siquiera quiero conocer las calles, siempre son una sorpresa. Dejarte llevar con un punto de lucidez para no entrar donde no quieres (ese punto maldito que luego siempre te saltas a la torera a la mínima oportunidad).
Las cosas no se toman la molestia de tenerte en cuenta. No puedo dejar de saber que siempre alguien dice que vas dónde quieres, que está todo controlado. Pero no tengo mucha confianza en eso. Quizá me dejo llevar y eso es lo que hace que todo tenga tanta intensidad. Quizá el hecho de protegerte contra las ostias te escuda además de la felicidad bruta. Introduzco el quizá porque no quiero ser taxativo en esto.
Es una cuestión de receptores. Son los mismos, los mismos se utilizan tanto para la alegría como para el dolor. Si los mantienes abiertos, te van a joder vivo alguna vez, con un 100% de posibilidades. Pero también vas a sentir como un cabrón la intensidad de la alegría.
Tumba o gloria es entonces cuestión de azar.
Rojo o negro.
Algunos tomamos una decisión hace tiempo. La de mantenerlos abiertos. Saber cómo coño vamos a acabar es cuestión de tiempo. No es en absoluto predecible.
No hay nada que se escape al puro juego. Azar.
«»»Quizá el hecho de protegerte contra las ostias te escuda además de la felicidad bruta.»»»
Impresionante frase… y ademas creo que estoy de acuerdo…