Supongo que hay fines de semana dominados férreamente por el carácter del caracol: o me llevo la casa a cuestas (pensando todo el tiempo en volver cuando salgo) o directamente me quedo, recibiendo gente.
Hay otros que no. No entiendo por qué son así, pero es sólo una más de las cosas que no entiendo.
Ya sabéis. Vivimos en un país libre.
Pero que no os vean.
(Ruido, ruido, metiendo ruido para no oír el zumbar de las máquinas y, lo que es peor, los chirridos del engranaje roto, mal engrasado. Ruido, ruido para todo eso).
Breves:
café con mis padres
arreglar ordenador goyo (lo solucioné en mi cabeza)
ver a vic y leti (si puedes)
volver y leer con algo de clásica
dormir hasta mañana