Propone mujeres de rabia y dolor con cara angelical, chicas de la puerta de al lado, pecas y lunares. Todas con causa común, la de un cuerpo que agrede o es agredido. La del sexo como miseria porque la cama se ensucia y el ambiente se pudre.
Arterego hablando de las fotografías de Richard Kern
Y eso era todo al día siguiente. La luz mortecina del cielo nublado, el corazón en un puño de querer decir adiós sin saber muy bien cómo, el café soluble calentado en el microondas, el cigarro asqueroso en dedos amarillos de piel excedida por todo lo que se fumó anoche, las lenguas pastosas de la cerveza, el vino y la saliva del otro, que ahora está enfrente y es complicado de encarar. La sonrisa tímida y confusa de durante, durante todo esto que está pasando esta mañana, que pretende una cercanía sin acercamiento, un reconfortarse sin entrar en contacto, un saludo que ya es en sí un hasta luego.