a hacer algo idiota y
después vuelvo,
a ver una programación idiota
hasta que, como un idiota,
me levanto
para ir al mercado idiota
de las ofertas y hacer la
comida,
ojear un par de catálogos
idiotas por si pudiera comprarme
algo asequible e idiota,
ducharme para no oler a
nada que no sea desodorante
y colonia y champú,
y como un idiota como
agotando el tiempo hasta el
momento en el que
me voy al trabajo,
a hacer algo idiota,
para no perder las formas.