… azufre
crítico, palidezco mis vísceras
con un refresco amarillo.
Inmovilidad…
giro las palabras
como si fueran imágenes y
la desenfoco:
– Sin ti ni la tarde ni
plenilunio ni salvaje,
sin ti
quietud.
Humedezco mis labios,
respiro,
y un viento amalgamado
puebla los rojos ladrillos
de polvo.