Y -no por nada:
ciento dos cuarenta y tres
barra dos seis cinco cuatro dos
barra cincuenta y cuatro-
me dirige la palabra:
goto delia delia delia
tres ram end (# dos uno seis#*)
le arranco la cabeza con
una piedra y me como sus
entrañas y le
descuartizo lentamente con
la hoja de un informe atrasado.
Bastardo. Él no
tiene la culpa,
por lo que no puedo evitar
sentirme culpable
de haber acabado con una
rueda que ya tiene sucesor.