Fiestas, mensaje del Rey. Reflexiones tranquilas y despreocupadas. Mucho jaleo con los textos. Solano con los ojos verdes. En casa de Fabi (preconstruida) una buena noche. Un pedazo de «Donde las cosas no suceden»:
«- La vida allí…
– No.
– ¿No, qué?
– No sigas.
– ¿Cómo?
– No sigas, por favor. ¿Qué me vas a contar que no me diga que esto es un tiempo muerto, es más, algo fuera completamente del tiempo? ¿Qué me vas a contar que no destroce los días definitivamente? No quiero saber nada. No me gustaría saber nada. No quiero saber lo que haces allí, no quiero conocer tu vida allí. Sólo me gustaría que nos mirásemos un rato. Lo demás da un poco igual.
– Lo sé, lo sé. Pero me da miedo el silencio. El silencio es ver pasar el tiempo. Y no tengo mucho. Sé que no nos importa qué hago yo allí, ni qué haces tú aquí. Pero tengo que hablar de algo.
Y nos miramos.
Y ella coge el abrigo y la puerta y desaparece tras el dintel. Y cierra.
Yo corro como un enfermo y tiro el café al desagüe, desordeno como puedo el salón y el dormitorio, me meo fuera de la taza y vierto pasta de dientes sobre el lavabo. Termino justo a tiempo para escuchar el timbre de la puerta.
Abro.
Le doy un beso.
– ¿Qué tal hoy el trabajo?
– No te lo puedes ni imaginar, la maldita Susana…
Y he escondido su maleta bajo la cama.»
Salud de hierro a toda prueba. Silencio en donde me jode el silencio. Muchas palabras (me abrumo) en lo demás. Por otra parte, Modernidad y Holocausto (Bauman), en la música los piratas.