Esto se llama museo de metralla. Y no es gratuitamente. Se llama museo de metralla porque lo es. Porque puede ser que todo vaya bien o todo vaya mal, pero siempre hay metralla cuando uno tiene la cabeza torcida. Ahora mismo casi todo va bien. No tengo cosas de las que quejarme. Pero mi cabeza no repara en insignificancias. Para ella siempre hay algo mal. Mi curro me parece una pérdida de tiempo. Hago cosas útiles, no digo que no, pero mi cabeza ya no está allí. Esta en los libros que no escribo mientras echo un cable. Me encanta echar un cable. También escribir. Siempre vuelvo la cabeza y miro atrás por si el desastre está cogiéndome los talones. Casi nunca lo veo, pero eso es intrínseco al desastre: raras veces se le ve venir. Mi profesor favorito en la Autónoma después de Tomás Pollan murió atropellado por un coche, ahora ni siquiera recuerdo su nombre. No. Pero no olvido su cara. Creo que su apellido es Rivera, pero no estoy seguro (es más importante recordar el nombre cuando el sujeto está muerto, porque parece menos olvidado). Escribo con los diez dedos y sin mirar al teclado. Viene bien cuando uno tiene diarrea. Viene mal cuando uno quiere pensarse las cosas. Es como hablar rápido. Después te arrepientes de la mitad de lo que has dicho, de la mitad de lo que has escrito. El tal Rivera, ya muerto, escribía siempre los poemas con los dos puntos como único signo de puntuación, igual que ezcritor antes de hacerse redicho en un plano metalinguístico. Alguien le dijo que estaba mal. Nunca está de más que la gente exprese su opinión, pero el tipo se lo creyó. Y cambió. Y ahora escribe bien, pero ya no es lo mismo. Escribe como todos, transmite lo que todos, por mucho que saque antonias en bolas por todas partes y diga follarse hasta el agua de los floreros.
Ha muerto kurt vonnegut, porque todos morimos en algún momento. Y para siempre. Me pregunto si a este tipo alguién le dijo que matadero 5 era una mierda. Supongo que más de uno. No tengo datos, pero a lo mejor no cambió su forma de escribir por eso. O a lo mejor sí. Todos somos presa del ego, y el ego es más inestable que el trinitrotolueno. Sobre todo antes, ahora es más estable. Qué mierda.
Me tomo la cerveza y me enciendo un cigarro. El imac va como la seda. Silencioso. Algo de ruido hacen los dos discos duros externos de 320 gigas cada uno, pero no les hago caso. Están trabajando para la mula, eso es bueno. No puedo ponerles peros. No quiero.
Aquí hay metralla porque cuando uno siente que las cosas no encajan es muy difícil sonreir como si todo fuera bien. Se puede intentar, pero no hay manera. Es como vivir sin limpiarse el culo, se puede seguir dando apretones de manos y riendo, haciendo como si nada: pero los calzoncillos se van manchando progresivamente de mierda todo el tiempo.
Es así, porque está escrito.