Hacer buenos propósitos es como hacer listas: gratis. Puedes hacer una lista de buenos propósitos, rizando el rizo. Escuchar a Puccini, seguir una partida de ajedrez con alguien a través del correo electrónico, regar las plantas a tiempo, leer más, volver a ir a la biblioteca ahora que se acabó mi castigo por devolver un par de libros un par de meses tarde.
Ya ni lo intento. Tengo buenos días en los que hago lo que debo. El resto espero sin prisa a que vengan los buenos.