Madre mía, he estado tocando un poco en bucle la primera luz del día y madre mía. Qué canción más antigua y más tremenda. Y qué bien suena en la telecaster con un poco de reverb. Qué bien. Qué mal. Que alegría. Qué tristeza. Qué oh. Joder. Oh. Gracias por haber vivido eso, jo, cómo duele haberlo vivido pero oh, gracias por haber vivido eso. Pero cómo duele haber.
Por cierto, cada amanecer no está por ninguna parte.