Me estresa mucho una rotonda de obra que nadie respeta. Antes era un cruce en el que había que esperar mucho para poder pasar. Me estresa porque nadie parece tomársela como lo que es, sino como lo que fue. Nunca ha habido el tráfico suficiente como para que nadie haya tenido que cederme el paso hasta ahora, pero saber qué sucederá me incomoda cada día.
Soy así de tonto. Soy consciente de que puedo serlo mucho más. Me atasco en cosas así, me estanco en ellas. Pequeñas circunvalaciones de las que no consigo salir del todo nunca.