Madre mía cómo se pasa la vida, de verdad. Me cuesta mucho escribir debido a la férula, en teoría el lunes que viene podré empezar a quitármela. No sé cómo está el tendón, me da miedo moverlo. Hoy en la limpieza-secado-hidratado del dedo vader (cuando le quito la férula aparece blanco, enfermizo y agrietado) he apretado un poco la punta contra la mesa, se ha doblado, luego he levantado un poco el dedo de la mesa, estaba recto. Suspiros de alivio en la audiencia.
El caso es que escribir con nueve dedos y 20 años de escribir con diez es de una torpeza aplastante, todo el rato tecleo erres y efes que no quiero, los demás dedos empiezan a desconfiar de sí mismos y no dan ni una. La tecla más usada es la del retroceso. Lo que no sé si es llega a ser quiere ser una metáfora.
Tampoco he tocado la guitarra en este tiempo, claro. Ni el guitarlele. Empieza a agobiar un poco. Estoy probando Lost Ark, he invertido un importante número de horas en eso. Y me lo he pasado sorprendentemente bien. Eso, caminar, dejar de pelearme y la angustia y el miedo que me da la guerra de Ucrania. Porfa que termine pronto, que deje de morir gente, que no nos maten a todos.