«Lo han hecho otra vez. A pesar de la unidad de los países en desarrollo, a pesar de los millones de personas que le han pedido justicia comercial, a pesar de la crisis del comercio mundial en el sector textil, los países industrializados han alcanzado un acuerdo que traiciona el desarrollo y, una vez más, deja de ocuparse del tema fundamental del trabajo decente.»
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Lo he dicho una y mil veces, igual que cualquier movimiento subversivo termina siendo esponjado por el alto klero económico con la idea final de maximizar beneficios, nos están colando, con el disfraz de ayuda a los países en desarrollo, una serie de medidas que sólo tienden a perpetuar las diferencias ya existentes a lo largo de más y más tiempo.
Están ganando tiempo, esa es la idea, y mientras tanto, se siguen enriqueciendo.
Y son tristes las apologías deficientes y lobotomizadas que de los hechos se dan según a quién se pregunte. Es triste que sean capaces de escoger argumentos solidarios para seguir redundando en la misma injusticia y en el mismo subdesarrollo moral.