y no tengo mucho más que añadir, la verdad
buen tiempo, poco ejercicio, poca guitarra, mucho ordenador, nada de escritura, nada de dibujo
estuve el sábado en un bar comiendo oreja, hacía un montón de tiempo, quizá veinte años
el domingo en otro bar en un pueblecito de la sierra, sientiéndome gordo y esperanzado a partes iguales, tomando café y orujo de hierbas
no mucho más, la verdad
quizá es que la vida empieza a ser visible cuando dejas de anhelarla
ha estado ahí todo el tiempo mientras esperabas que se presentara
tú no eras capaz de verla
ella no podía dejar de acompañarte