Busco imágenes poderosas para describir el paso del tiempo. No sirve de mucho, lo específico del paso del tiempo es que no se nota. Cuando te paras a pensarlo ya es otra cosa. El tiempo fluye y se alimenta de lo que te ocupa y no hace ruído, no pide nada, no se atasca. No, el paso del tiempo no es como un dragón o como una navaja a contrapelo o como un molino girando. El paso del tiempo es imperceptible, silencioso, sigiloso e irreversible.
Al tiempo acudes dos veces. La primera cuando vives. La segunda cuando recuerdas haberlo hecho. En el recuerdo la velocidad del paso del tiempo se multiplica y te deja sin respiración. Hace falta paciencia e ir rellenándolo de detalles para frenarlo un poco, para que no parezca una carrera frenética hacia delante, para contrarrestar la sensación de que tu vida ha sido el lapso entre dos segundos.
La primera cuando vives. La segunda cuando lo recuerdas. Creo que, de algún modo, hay una tercera. Cuando olvidas. Pero a esa no sé cómo se regresa.