Si consiguen convencer a alguien de que el sistema más racional es aquel en el que nadie tenga nada asegurado y todo dependa de sí mismo es porque suceden dos cosas al mismo tiempo: quien se imagina ese equilibrio siempre se piensa en el lado confortable y quien se imagina ese equilibrio no tiene la más mínima noción de empatía.
Si consiguen convencernos de que es bueno un sistema en el que los que no tienen nada se queden sin nada es que algo funciona muy mal en nosotros. Si lo racional es utilizar el miedo como incentivo para el "trabajo duro" (miedo al desahucio, miedo al desempleo, miedo a no tener tratamiento en la enfermedad, a falta de soporte en la vejez) no hablamos de reparto de bienes sino de amenazas. No hablamos de elección sino de esclavitud.