Es como si no hubiera más que hacer en esta vida que comerse las uñas esperando qué va a ser lo próximo que te va a partir por la mitad. Un puñado de ladrones vestidos de gurús están ahora vendiendo las ventajas de la incertidumbre. Acostúmbrate a ella, dicen. Aprende a convivir con ella, dicen. Sácale partido, dicen.
La incertidumbre tiene grados en función de hasta dónde puedes caer. Normalmente los que conviven tan ricamente con ella suelen tener red suficiente como para tomarse un fracaso como una estupenda pausa para pensar en qué empezar a continuación. Se llevan tan estupendamente bien con ella porque por mucho que les afecte nunca los lleva al pozo.
¡Qué estupenda ocasión para dar unos golpecitos en tu adormecida rutina! Vete a la mierda, gilipollas.