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cuando parece que se abre

Relaten.

Mientras voy organizando en mi cabeza lo que quiero decir me miro en el black mirror del modo sin distracciones de mi portátil y tengo la cara muy rara. Hinchada a la izquierda, algo menos a la derecha. Mi bigote está anormalmente cerca de mi barbilla. Sucede que el recorrido entre ambos es muy corto ahora. La papada empieza donde solía, pero sigue la geografía hasta la nueva ubicación de mi barbilla como una Holanda que le roba espacio al mar de mi cara. El terreno que han cedido los dientes se lo ha quedado definitivamente ella.

Este es mi nuevo rostro, al menos de momento. Con el tiempo el espacio entre la nariz y la mandíbula volverá a su sitio y las hinchazones y los moratones desaparecerán. De algún modo que todavía no termino de digerir nada volverá a ser lo mismo. Pero, también de algún modo, nada habrá cambiado demasiado. Y eso es fenomenal.

Ritmos.

He caminado algo más de treinta kilómetros desde la intervención del jueves. Había cuidado la logística lo suficiente como para no tener que moverme de casa durante todo el fin de semana, pero mi cuerpo tenía ganas de actividad y yo le seguí encantado. Es posible que.

Cientos de horas. Cientos de mañanas y de viajes en coche. Ratos en la ducha, sentado en la silla del pc. Horas y horas a lo largo de los años pensando en lo que inevitablemente tenía que terminar sucediendo. Cientos, miles de migueles sucediendo. Horas y horas siendo consciente de lo que tendría que ser, some things are meant to be. Es posible que toda esa angustia, todo ese saber qué, todo aquello se haya cumplido y ahora me encuentre en una realidad nueva que no soy capaz de procesar todavía. Es extraño estar de repente en un mundo en el que el tema se ha convertido en aquello. Algo que ya no es pese a haber sido siempre.

Deglutir.

Mi casa está preciosa. Hoy hace calor y la terraza, llena de las plantas que han sobrevivido al invierno, parece acogedora y viva sobre lo que no lo ha hecho. Mi coche se movía como el viento entre el tráfico. Mis pies me llevan, las piernas responden, los pulmones agradecen el esfuerzo cuando camino rápido. El pc funciona estupendamente. La cisterna traga, la ducha tiene agua caliente. Tengo comida en la nevera.

Me pregunto qué se necesita para acabar con una vida, y qué no. Qué es lo bastante para. Cómo lo que en un momento dado te parece crítico puede dejar de serlo en cuanto careces de ello. Cómo las cosas pierden el componente esencial. No soy mejor ni peor, y estoy en medio de una recuperación que tendrá hitos de todo tipo, pero.

He puesto la banda sonora de Blade Runner en la tele a través del móvil. El sol entra por la ventana. Me he quitado las zapatillas y los pies cuelgan desde la silla mientras respiro.

Demorar.

Tengo un montón de cosas que hacer. Ahora mismo no estoy en condiciones de hacer muchas de ellas, pero lo estaré. En realidad un montón de cosas que quiero hacer, no un montón de cosas que hacer. Nadie tiene nada que hacer.

El sol. La música. El editor de textos. La angustia que ya no está. ¿Eso era todo? Eso era. Bienvenido, amigo. Es un viaje jodido pero ya estamos en camino.

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