# perdiendo.org/museodemetralla

entraron en mi cabeza (201) | libros (20) | me lo llevo puesto (7) | pelis (2) | Renta básica (9) | series (6) | escasez (2) | frikeando (94) | arduino (1) | autoreferencial (11) | bici (1) | esperanto (4) | eve online (3) | git (2) | GNU/linux (4) | markdown (7) | nexus7 (2) | python (7) | raspberry pi (3) | vim (1) | wordpress (1) | zatchtronics (3) | hago (755) | canciones (156) | borradores (7) | cover (42) | el extremo inútil de la escoba (2) | elec (1) | GRACO (2) | guitarlele (11) | ruiditos (11) | Solenoide (1) | fotos (37) | nanowrimo (3) | novela (26) | criaturas del pantano (5) | el año que no follamos (12) | huim (5) | rehab (4) | poemas (353) | Anclajes (15) | andando (3) | B.A.R (7) | Canción de cuna para un borracho (38) | Cercos vacíos (37) | Cien puentes en la cabeza (7) | Conejo azul (6) | Contenido del juego (5) | De tiendas (3) | del pantano (3) | Destrozos (2) | Epilogo (4) | Fuegos de artificio (5) | Imposible rescate (15) | Jugando a rojo (7) | Libro del desencuentro (2) | Lo que sé de Marte (11) | Los cuentos (21) | Montaje del juego (5) | Orden de salida (4) | palitos (31) | Piernas abiertas (7) | Poemas medianos (12) | Privado de sueño (7) | rasguemas (5) | Tanto para nada (17) | Todo a 100 (2) | Uno (4) | relatos (96) | anatemas (9) | orbital (2) | prompts (8) | vindicaciones (103) | perdiendo (1.694) | atranques (1) |

ergo

¿El anticuario? El mismo, pero desde otra parte. Corriendo por los pinos y derrumbando laderas y bañándose en el mar. Luego volví, a lo mismo, pero nunca volvió a ser lo mismo. De momento, al menos. Uno siempre sube y baja, baja y sube y siempre en la misma montaña rusa, pero con diferencias.

Bueno es saber que en todo camino hay un camino.

Respuestas inesperadas: ¿se puede huir de uno mismo? Evidentemente, pero… ¿quién quiere huir de uno mismo? Uno quiere huir de aquel que no es y que se ve forzado a ser todo el tiempo. El otro, el que se manifiesta cuando se detiene el tiempo y no se es, no puede ni quiere escapar de sí mismo.

Respuestas inesperadas.

vacaciones

La locura en un carcaj, flechas de veneno que tumbo en un arco que son mis brazos mientras agujeros y retazos y estaciones de metro. Estoy feliz, razonablemente, pero nunca he sido un tipo especialmente entusiasta. Estoy feliz y vivo, está bien, lo sé, está como es debido, está todo en su sitio o en alguno parecido, semejante, similar, como si no hubiera problema o los problemas no fueran nada en absoluto o como si el día y la noche se sucedieran de forma natural y con sentido.

Tengo pies. Camino. Me hiero uno con una valla de obra del ayuntamiento, porque soy un despiste. O dos. Estuve tumbado en un árbol. Ahora no me tumbo en ninguno. Ahora me limito a imaginarlo porque no tengo ganas. Fuerzas sí. No tengo problema en ese sentido. Ganas no. En ese sentido sí.

Me voy, me piro. Lo llaman vacaciones, yo lo llamo autoexilio. No sé si puede uno exiliarse de sí mismo, deshauciarse de su propia vida, pero voy a cambiarme la cara por otra. Voy a redibujarme, que me desdibujo viviendo. No quiero restaurarme. No tiene sentido. Voy a cambiar mi cara por otra y las horas, que todas hieren y la última mata, por otras horas. Otro modelo. Formulario desconocido.

Me cuesta hacer la maleta, como si me estuviera despidiendo de algo. Haré una mochila, es menos serio. No perder de vista la estética, en ninguna de sus formas. Voy a despedirme de la familia, les llamaré a menudo. No me voy para mucho tiempo.

Y una vez allí donde voy abriré las puertas. A ver qué veo. A ver qué asoma. A ver qué encuentro.

carcaj

Bien, hace mucho que no hago esto, y además no tengo tiempo. El puto conejo blanco de Alicia es lo que soy. Goyete viene desde Berlín a compartir abrazos y tragos y un taxi le acerca desde Atocha hasta mi infierno personal, hoy menos sucio porque he limpiado. Después tengo tengo tengo tengo tengo que ver a N. porque me fastidia no ver su sonrisa cuando ando un poco perdido. Ella sabe mirarme y hacer desaparecer mis extrañeces, extrañezas, da igual.

A veces, sólo a veces limpieza de la casa = limpieza mental, hoy buen día para ello. He limpiado las ventanas por primera vez en cinco años. Después, al ver mi salón, parecía un rincón arbolado y centrado en un estanque (el acuario). Cosas de dejar entrar la luz.

Ahora espero. Tengo algunos agujeros más, pero no sé dónde, de momento les voy sintiendo solamente. Más adelante tomarán la palabra, con un 170 % de probabilidad estafística.

Más o menos tonto, muy pobre, descripción parasimpática.

Nunca se deja de perder, de uno u otro modo.

Cuando venga la muerte, que no me pille vivo.

Le diría un par de cositas al oído.