«El nacimiento a los seres existentes les viene de aquello en lo que convierten al perecer, «según la necesidad, pues se pagan mutua pena y retribución por su injusticia según la disposición del tiempo», como Anaximandro dice en términos un tanto poéticos.»
Simplicio, en Kirk-Raven.
«Allí donde está la génesis de las cosas que existen, allí mismo tienen estas que destruirse por necesidad. Pues ellas tienen que cumplir mutuamente expiación y penitencia por su injusticia conforme al orden del tiempo.»
Paniker, cita en «Filosofía y Mística»
«A partir de donde hay generación para las cosas, hacia allí también se produce la destrucción, según la necesidad; en efecto, pagan la culpa unas a otras y la reparación de la injusticia, de acuerdo con el ordenamiento del tiempo».
Horváth, en «Juventud sin Dios»
Uno anda y anda y anda y percibe, y ve, y a veces le cuentan (no siempre, aunque siempre se agradece). Tenemos los pies fijos en la tierra sin darnos cuenta de que no hay tierra. Ni siquiera hay pies que hollen la tierra que no es.
Pero eso es despilfarrar en temas, morar en la morosidad de las palabras para no asentarse en parte alguna. Al fin y al cabo el tema (yo me quedo con la segunda interpretación) es que todo es una injusticia conforme al orden del tiempo, que sólo entiende de ciclos, de ritmos, y no de caminos lineales que empiezan y terminan en alguna parte. Esto se puede llevar donde uno quiera, como una maleta especialmente cómoda y jamás vacía.
La vida es, la vida es… -dicen algunos, ¡qué se callen!-. Todos citan a Anaximandro, rezando su letanía en la liturgia del vivir, que no es sino liturgia, que vivir no es sino un asunto de fe -y que le den por culo a la fe religiosa, sobre todo en cuanto no religare, autonegación negada que no lleva a ninguna parte, si no hay religare, no hay religión, y viceversa.
Dos frases de millás (autor al que detesto en grado sumo, pero que de cuando en cuando…):
“Estamos condenados, en efecto, a tropezar con aquello de lo que huimos”.
“Todo el mundo tiene una herida por la que supura un “lo que no”, que ningún “lo que sí”, por extraordinario que sea, logra suturar.”
Andando la noche van cayendo las cervezas que me indagan y me preguntan y quieren saber por qué, después de tanto tiempo, acudo de nuevo a ellas.
Pues porque sí, pues por la vida, pues no lo sé, pues porque todo es tan sencillo que parece mentira y la gente se empeña en complicarlo todo.
Religare. Volver a trabar, a unir. Dar consistencia de uno a lo disperso, a lo desagregado, a lo disyunto. Pamemas.
Uno es, y lo demás es lo otro.
Pase lo que pase, jamás le puedes pedir nada a nadie. Ni extrañarte porque sea lo otro. Siempre es lo otro.
Siempre es domingo.