# perdiendo.org/museodemetralla

entraron en mi cabeza (201) | libros (20) | me lo llevo puesto (7) | pelis (2) | Renta básica (9) | series (6) | escasez (2) | frikeando (94) | arduino (1) | autoreferencial (11) | bici (1) | esperanto (4) | eve online (3) | git (2) | GNU/linux (4) | markdown (7) | nexus7 (2) | python (7) | raspberry pi (3) | vim (1) | wordpress (1) | zatchtronics (3) | hago (759) | canciones (157) | borradores (7) | cover (42) | el extremo inútil de la escoba (2) | elec (1) | GRACO (2) | guitarlele (11) | ruiditos (11) | Solenoide (1) | fotos (37) | nanowrimo (3) | novela (26) | criaturas del pantano (5) | el año que no follamos (12) | huim (5) | rehab (4) | poemas (356) | Anclajes (15) | andando (3) | B.A.R (7) | Canción de cuna para un borracho (38) | Cercos vacíos (37) | Cien puentes en la cabeza (7) | Conejo azul (6) | Contenido del juego (5) | De tiendas (3) | del pantano (3) | Destrozos (2) | Epilogo (4) | Fuegos de artificio (5) | Imposible rescate (15) | Jugando a rojo (7) | Libro del desencuentro (2) | Lo que sé de Marte (11) | Los cuentos (21) | Montaje del juego (5) | Orden de salida (4) | palitos (31) | Piernas abiertas (7) | Poemas medianos (12) | Privado de sueño (7) | rasguemas (5) | Tanto para nada (17) | Todo a 100 (2) | Uno (4) | relatos (96) | anatemas (9) | orbital (2) | prompts (8) | vindicaciones (103) | perdiendo (1.704) | atranques (1) |

one man, one mutua II

Ha sido piadosamente breve. La definición exacta de lo que tengo es
«daño por el traspie» (jejeje)
Pero no tengo nada de huesos. Me ha preguntado «¿onde trabajas?» En una oficina. «¿Trabajas mañana?» No. «Pues vete a currar hoy y el fin de semana te lo pasas tumbadito»

Yo la debo haber mirado como si ella fuera una pobre tontita, porque la veía a ella y al mismo tiempo a mi pie hinchado como un bombo. «Pobrecita», pensé, «está loca». Pero tiene un título, eso importa. Me arrastraré al curro. Y se jodió el finde en Kolmenar con Cisneros.

estupidiario de un idiota

Pic00714.jpg

Me peleo con los platos. No quieren entrar en el lavavajillas. No me extraña, a nadie le gusta que le rocíen con agua a ochenta grados centígrados. Pero yo soy más fuerte. Y además tengo brazos. Es ridículo meterlos a la pata coja. Lo saben y se ríen, gilipollas. Escribo esto precisamente para no hablar de lo que acaba de pasarme, así que no me recriminéis incoherencia o falta de interés y corro al baño y me desnudo, me rapo la cabeza al tres (también a la pata coja), me meto en la ducha cuando termino para que el agua se lo lleve todo. TODO. Hay frases que no deben ser pronunciadas nunca, ni aunque se piensen, ni aunque se sientan.

Y menos a alguien convaleciente, como yo.

Cojo la cámara y me saco en bolas, para reírme de mí mismo un rato. Lo hago. Acabo de acabar de reírme. Qué divertido. Primeros planos de Jaime laxo, apuntando al suelo. Tengo necesidad de una asistenta, alguien que tenga más interés que yo en esto. El baño está lleno de pelos de mi cabeza. En la taza (los que tiré) en la pila (los que quedaron) en el suelo (los que cayeron). Aún no he puesto el lavavajillas. Ahora que están dentro los platos, me dan un poco de pena.

No sé si oís los gritos de los platos. Yo sí. Los platos están que revientan. Hijos de puta. Podían estarse calladitos un rato. No es para tanto. Ni que fuera la primera vez (vale, reconozco que es la primera vez en mucho tiempo, pero hubo otras). La calle es azul. Los piratas cantan

«Me había olvidado el sabor que tienen las cosas
y de lo bueno que es beber y beber cuando todo va mal».

Pero no voy a beber hoy. No voy a largarme a ninguna parte, conocida o no. Tarde o temprano tendré que pensar sobre lo que acabo de oír, algo sucintamente normal, por otra parte. Los platos están expectantes. Que se jodan, giro la rosca y el proceso de lavado comienza. Gritad, cabrones. Joderos. Que os jodan. Iros a la mierda y limpiaros. A mi me pasa lo mío por no aprender. A vosotros por idiotas.

Umberto Eco. El péndulo de Foucault.

pendulo.jpg

Umberto Eco
El péndulo de Foucault.

Ave Fénix. Plaza & Janés Editores, S.A.
Traducción de Ricardo Pochtar, revisada por Helena Lozano.
Ilustración: La tumba de Hutten, de Caspar David Friedrich.
Il pendolo di Foucault.

¿Qué coño es real? Pues lo que el conjunto de idiotas de turno crea que es real. ¿Quieres montar una realidad? Pues documéntate y al asunto. Ten cuidado, que puede tener mucha fuerza. Cualquier punto puede ser el centro del universo del que cuelgue el péndulo. Es cuestión de meterlo ahí. Eso es tanto como decir que no existe nada, porque nada existe necesariamente.

Todo existe contingentemente, es la parte concedida de existencia. Incluso el universo, la teoría del caos nos dice que si echamos el tiempo hacia atrás y luego otra vez para delante, no tendría que ser necesariamente como es ahora mismo. Existencia caótica, o circunstancial (joder, lo que todos sabemos hace la ostia y sin que nadie nos lo diga se convierte en un acontecimiento entre los científicos cuando lo ven). Haz el petate y edulcora tus días. A tomar por culo.