Era tarde y hacía frío. Me había quedado en calzoncillos y camiseta, abrazándome mientras miraba por la ventana. Ahí fuera la soledad tenía puertas que la incomunicaban y el mundo reificado de los humanos tosía, se resfriaba, se recogía en sus casas, convertido en una sucesión infinita de burbujas estancas.
Categoría: palitos
alucinación gesticular
Habíamos descubierto la forma allí mismo, entre nuestras inseguridades. En vez de ocultarlas íbamos a hacer de ellas nuestros nombres, nuestros rasgos, los timbres de nuestras puertas. Un montón de gente simulando ser perfecta no es más que un montón de gente con la paranoia constante de ser descubierta, y eso nos había llevado tan cerca de la aniquilación que, en comparación, haber admitido ser vulnerables nos confortaba como el canto lisérgico de una sirena. Ya estaba todo terminado: admitido. El hecho de hacerlo y reconocerlo aligeró el peso que nos había mantenido encorvados y medio locos desde que nacimos. Nadie querría volver de eso. Pero lo hicimos.
alucinación diaria
el día
que somos
que no somos
que se queda
que se va marchando
que abre la puerta
y la cierra
que promete
y defrauda
que no deja jamás de decir la verdad
al mismo tiempo que miente
y habla
mientras calla
calla y no deja de
y silencia y narra
y abre la puerta
y la cierra
y está desnudo
mientras se cubre
y sigue ensombreciendo con su luz
el brillo de la oscuridad
e iluminando la sombra
lo que escribe
es lo que borra
y lo que difumina
es lo que perfila
y no deja de
todo el tiempo que miente
y es sincero
y se acerca
y se aleja
y se termina
y empieza de nuevo