# perdiendo.org/museodemetralla

entraron en mi cabeza (201) | libros (20) | me lo llevo puesto (7) | pelis (2) | Renta básica (9) | series (6) | escasez (2) | frikeando (94) | arduino (1) | autoreferencial (11) | bici (1) | esperanto (4) | eve online (3) | git (2) | GNU/linux (4) | markdown (7) | nexus7 (2) | python (7) | raspberry pi (3) | vim (1) | wordpress (1) | zatchtronics (3) | hago (755) | canciones (156) | borradores (7) | cover (42) | el extremo inútil de la escoba (2) | elec (1) | GRACO (2) | guitarlele (11) | ruiditos (11) | Solenoide (1) | fotos (37) | nanowrimo (3) | novela (26) | criaturas del pantano (5) | el año que no follamos (12) | huim (5) | rehab (4) | poemas (353) | Anclajes (15) | andando (3) | B.A.R (7) | Canción de cuna para un borracho (38) | Cercos vacíos (37) | Cien puentes en la cabeza (7) | Conejo azul (6) | Contenido del juego (5) | De tiendas (3) | del pantano (3) | Destrozos (2) | Epilogo (4) | Fuegos de artificio (5) | Imposible rescate (15) | Jugando a rojo (7) | Libro del desencuentro (2) | Lo que sé de Marte (11) | Los cuentos (21) | Montaje del juego (5) | Orden de salida (4) | palitos (31) | Piernas abiertas (7) | Poemas medianos (12) | Privado de sueño (7) | rasguemas (5) | Tanto para nada (17) | Todo a 100 (2) | Uno (4) | relatos (96) | anatemas (9) | orbital (2) | prompts (8) | vindicaciones (103) | perdiendo (1.694) | atranques (1) |

montarse un quince de septiembre

Vale, pensemos en esto como realmente se debe pensar en algo así. Vale, decidamos cómo se debe pensar en esto. Empecemos por el principio, ¿qué coño es esto?

Encarecidamente ruego a quien corresponda que no se me afloje más la cabeza, en varias ocasiones he tenido que rescatarla del suelo y arrancarle un par de chicles, curarle un par de quemazos de colilla de cigarro y sacarle cáscaras de pipas de los agujeros de la nariz.

He escrito un poema que intentaba ser precioso y, por ello, quedó absolutamente artificial y artificioso.

Te has levantado,
le has preparado un café mientras se duchaba,
teniendo extrema precaución con las proporciones
para dejar,
al menos,
un buen recuerdo en el paladar.

Condón aplastado contra la mesa,
mezclado con ceniza y migas,
recuerdas cientos de palabras contradictorias
y sabes que no ha visto nada,
que aún no.
Y qué bello tacto pulsando tus estíos,
recuerdas,
y que bello contacto su pelo en tu cara,
recuerdas,
y qué cálidos sus abrazos,
y qué guturales sus palabras,
y qué limpios sus ojos,
y qué infinitamente agridulce la despedida,
y qué abiertamente sincera tanta ruina,
recuerdas.

Ahora es diferente, has roto una cuerda de la
guitarra porque no podías hacer más que romper algo,
quebrar algo, destrozar absolutamente algo
para que la vida no se estancara
en ese segundo en el que,
sin que pudieras mirar,
aferró de nuevo el pomo de la puerta,
lo giró como si tal cosa,
y se llevó a sí misma exactamente
al otro lado de tu vida.

Y tú, miguel, ahora ríes recordando tu último
espectáculo, no querías dejar impresos
en ella
remordimientos,
malos recuerdos, sentimientos de culpa
como avispas. No querías
dejar que se te escaparan las lágrimas
antes de tiempo, antes de todo, antes de nada,
antes de volver a tu café y tu cigarro,
tu añoranza terrible y tu memoria.

Y luego qué. Luego se ha roto el enchufe de la cocina, así que has tenido que invertir algunos momentos en arreglarlo de tal modo que fuera posible moler el grano, poner la cafetera al fuego eléctrico. Y luego qué. Y luego has pensado que quizá más cerca, pero que seguramente más lejos (este es un problema complejo, hablamos de vértigos, seguramente). Y te ha dado pena, una pena indescriptible ver como dos tormentas personales convergen y divergen paulatina e inevitablemente. Después de esto seguramente vendrá la distancia, los cafés fríos en cafeterías frías, después de esto el aturdimiento de la onda expansiva. Te gustaría pensar que no. Te gustaría mucho pensar que no. Que de nuevo mañana será domingo, domingo por la tarde, y pasado mañana será martes por la noche, y así sucesivamente, sólo domingo y martes, domingo y martes. Pero, sin embargo (lo sabes) jet lag.

Pero no será así, no más de dos renuncios por vez.

En realidad lo que te gustaría pensar es que ella ha visto lo que no hace más que intentar ser visto por ella. Después de medio año, joder, no es lo racional (sería curioso que lo fuera, porque es precisamente lo racional lo que está trabando la historia para dejarla en historieta). Después de medio año, mierda puta, deberíamos estar más que cicatrizados. Pero no cicatriza porque ni siquiera hay herida, un cuerpo vivo sin ella no puede cicatrizar.

Nos preguntábamos por qué si nos hemos visto sólo ocho o nueve veces en seis meses nos parece que nos hemos visto tanto. Y yo me quedé callado como una puta, porque no puedo responder a según qué cosas sin que pienses que te manipulo. Pero es evidente.

Nos parece habernos visto tanto porque todos los demás momentos, todos ellos durante seis meses, todos aquellos en los que no nos vimos, no suman en esto. Así de simple. Hemos vivido ocho días en seis meses. No te extrañe que hayan pasado tan rápido (en el recuerdo) y tan lento (en el día a día). Mucho sufrimiento, pero siempre igual. Se recuerda la diferencia, lo igual se aglutina en un solo momento.

Pero, desde mi punto deformado de vista, no ves nada. Es inútil, aunque el cuerpo, la risa, la vida te llame a gritos tú prefieres desviar la mirada. Entiendo las razones para ello, lo cual no deja de tener un tizne patético. Y otro hermoso, al mismo tiempo.

Cada cual tiene que vivir lo que tiene que vivir. Si no no se explica nada.

Todo será más fácil cuando ya nada sea.

NO sé qué estoy haciendo, si rememoro tiempos muertos ya, si aplico la única ilusión que me queda, si intento ayudarte en algo tan jodido como esto. Y si me preguntan no me queda otra que decir que un poco de todo. Recordamos todos aquellos momentos y los revivimos. Mi ilusión me dice que quizá, con un poco de tiempo, limando asperezas y distancias (táctica y estrategia) todo puede ser posible. Y, por último, no me gusta verte así, comprender que estás siendo desmembrada por dos caballos, uno racional y otro emocional, que a veces, quiero suponer que sólo a veces, te rompen. Un poco de cada una de ellas hay siempre que hay.

Mientras tanto me desvanezco en la espera, no puedo negarlo. No más fines de semana, no más nada. Un buen libro, un paquete de tabaco, una cafetera y un reloj para preguntarme cuánto hace de, o hacer cábalas acerca de cuánto queda para.

Porque esa complicidad, ese olor, ese viento, esa vida que se nos desprende en forma de copos cuando nos vemos, baten sus alas y ya estoy en medio del huracán.

«No sabes cuánto te he querido,
olvidarte es saber que no hay forma,
ahora tengo que aprender a desnombrarte
con los ojos más que con la boca.

Sigues siendo la dueña
del gigante que se esconde en mi silencio.
Has cambiado mi forma de mirar,
has cambiado el sentido de las calles.
Caminar sin ti no es del todo andar,
has llenado los semáforos de sangre.

No me moriré, pero ya veras
como no sabré esquivar los vientos que te nombran.
No me cansaré de pensar que estás
a mi lado pero no como una sombra.

Y no sabes que aún cocino para ti
y no sabes que aún dibujo tu perfil
con las frases que hace tiempo te escribí
con las frases que ahora estallan junto a mí.

Y no sabes que no debes sonreír, no me abraces
que no sabre salir de los besos
que de pronto no me das, de este fuego
que te alumbra cuando no estás…

Has cambiado mi forma de mirar,
has cambiado el sentido de las calles.
Caminar sin ti no es del todo andar,
has llenado los semáforos de sangre.

No me moriré, pero ya veras
como no sabré esquivar los vientos que te nombran.
No me cansaré de pensar que estás
a mi lado pero no como una sombra.»

Demasiadas cosas hermosas, mi niña, demasiadas. Cosas horribles, por supuesto, cosas terribles, pero que se diluyen cuando el tiempo desvela lo importante. Y se queda el cuerpo erosionado de las cosas hermosas, descarnadas de lo terrible, que no importa y es fácilmente evitable. Explícame qué voy a hacer en la ducha sin tus caderas partiendo el agua en dos, qué voy a hacer en la cama, cómo voy a tomar café, cómo voy a hacer nada, cómo voy a… es inútil. No importa en absoluto.

Cada cual tiene que vivir lo que tiene que vivir.

Yo ya tomé mi decisión. No voy a montar el evento de eludirte. Es demasiado chabacano. Tampoco el de seguirte, me parece inútil y equivocado. Recemos para que todo confluya en un momento determinado, o para que, si no lo hace, al menos nos encuentre restaurados. Te lo dije, y estabas de acuerdo. Ni siquiera hay herida. Cuando nos vemos vivimos el día quince de septiembre, no nos cuesta nada borrar momentáneamente seis meses de las cabezas para retomar las cosas donde se quedaron. Pero eso sí, sin lo odioso que había. Te fuiste un catorce de septiembre. De cuando en cuando, nos da por montarnos un quince de septiembre. Y lo curioso, lo extremadamente curioso de ello, es que no nos cuesta ningún esfuerzo hacerlo, no tenemos que salvar distancias abiertas, no tenemos que fingir que estamos de acuerdo.

Si no lo ves, o si lo ves y no te parece revelador, yo no puedo hacer nada. Seguir adelante. Algo más cansado, algo más escudado, algo más enfermizo y melancólico, incluso taciturno, pero adelante. «No me abraces que no sabré salir de los besos que de pronto no me das, de este fuego que te alumbra cuando no estás…» O bésame y abrázame. No sabré salir en cualquier caso y es mucho más sincero y jodidamente hermoso así.

7 comentarios

  1. Me recuerdas a Thelma y Louise, conduciendo… el espíritu de la carretera… líneas rectas con inmensos desiertos y música desde el estómago más profundo que existe: un cuerpo sin gravedad, sin freno.

  2. Posiblemente lo supere en el mismo momento que la adicción a la nicotina, cuando la casque. Bah, ya no me preocupa nada absolutamente, perdido sí que voy, metido en una vida sin futuro (hoy por hoy) y en mil historias que me divierten y me ilustran (juas) pero que no conducen a ninguna parte.

  3. A ver si cuando plagiemos algo de un genio mundial como Paco Bello tenemos la deferencia por lo menos de nombrar al autor. Listillos.

  4. además de los doscientos post que hay en esta bitácora sobre paco bello o doctor grillo y de que esas estrofas ya están indicadas en otra parte como de doctor grillo, ¿te hace falta más?

  5. como se llama la cancion ke as escrito?esq la busco como: no sabs cuanto te he querido, y no sale nad..me podeis dar el nombre del autor?os repito la letra
    No sabes cuanto te he querido,
    olvidarte es saber que no hay forma,
    ahora tengo que aprender a desnombrarte,
    con los ojos más que con la boca.

    Sigues siendo la dueña,
    del gigante que se esconde en mi silencio

    Has cambiado mi forma de mirar,
    has cambiado el sentido de las calles
    Caminar sin ti, no es del todo andar
    has llenado los semáforos de sangre,

    No me morire, pero ya verás,
    como no sabré esquivar los vientos que te nombran
    No me cansaré, de pensar que estás,
    a mi lado pero no como una sombra.

    Y no sabes, que aún cocino para ti,
    y no sabes, que dibujo tu perfil con las frases,
    que hace tiempo te escribí. Con las frases,
    que ahora estallan junto a mi

    Y no sabes, que no debes sonreir,
    no me abraces, que no sabré salir de los besos,
    que de pronto no me das, de este fuego
    que me alumbra, cuando no estás

    Has cambiado mi forma de mirar,
    has cambiado el sentido de las calles
    Caminar sin ti, no es del todo andar
    has llenado los semáforos de sangre,

    No me morire, pero ya verás,
    como no sabré esquivar los vientos que te nombran
    No me cansaré, de pensar que estás,
    a mi lado pero no como una sombra.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.