A veces entro en estado de calma y soy consciente de un montón de cosas que habitualmente me pasan desapercibidas.
Dura poco, de repente dejas de verlo, pero lo recuerdas.
La tranquilidad del transcurrir, el pensar en meses o en años en vez de en el siguiente fin de semana. La perspectiva.
Es raro. No tengo paciencia para eso. Al rato estoy de nuevo en lo inmediato, lamentándolo un poco, resignado el resto.