Quien me vuelva a decir que los del sindicato no curran, se llevará una buena ostia en los putos morros.
Y luego que vuelva a por uvas.
Hoy me gustaría llorar. Hoy es un día de esos. Hoy siento todo a flor de piel, y lo siento de veras, y me gustaría llorar. Dadme un motivo. No hace falta. Yo los encuentro. Hoy me gustaría llorar abrazado en tu regazo, y reventar de pura felicidad roto en tus labios. Porque, en tus labios, uno rompe.
Y, sin embargo, qué fría la cama, qué frío el silencio, qué fría la nada. Qué frío el silencio.