El de la inmobiliaria me ha dicho que le denuncie, yo, que soy de naturaleza crédula, pues he decidido que no hay mejor forma de empezar la semana, así que el lunes me paso por la comisaría o el juzgado, según me levante con el izquierdo o el derecho, respectivamente.
Acabé el curso de delegado sindical motivado como rambo después de seis meses sin dieta de vietcongs, así que me encuentro capacitado moral y físicamente para liarme a garrotazos y gorrazos con el menos pintado. Sigo en un estado de arrobamiento y tontuna mental producido, seguramente, por el hecho indudable de estar enamorado y me atiborro de horas y horas y horas de sueño hasta el punto de no saber si alguna vez me levanto de la cama o si, por el contrario, sólo sueño que lo hago.
Madre mía.