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Su casa bordeando la autopista
hizo que ella creciera muy deprisa.
No quise conocerla de aquel modo,
si quieres comprar algo tengo todo.
Y pocas veces sonreía, pero con eso a mí me valía.
No quise acompañarla en aquel vuelo
porque apenas pisábamos el suelo,
y antes que nuestro tren descarrilara
en marcha me bajé sin decir nada.
En otro tiempo me gustaba cuando en su mismo barco viajaba,
yo viajaba.
La vi en un bar de aquellos que frecuenta,
estaba de negocios en la puerta
y comprendí que nada había cambiado,
ojalá nunca la hubiera encontrado.
Te juro que era buena chica, aunque con poco apego a la vida