Ya sé, ya sé que todo ha ido yendo jodido en el museo últimamente. Podéis ver que ya no aquí, aún así hay un uso brutal de la ram que no puedo terminar de evitar.
Estoy intentando moverlo todo aquí, pero por más sitios que he visitado hay que hacerlo a mano, post a post. Son más de dos mil. Chungo liberarse de wordpress, chungo y sin conservar los comentarios. No sé, eliminé un par de proyectos. Irá mejor a partir de ahora. Creo que no quiero adentrarme. Creo que no quiero darle duro a esos post con cientos de fotos. Menudo curro. Y total para qué.
Tengo dos opciones para librarme de amazon. Una es llevar wordpress a la raspi, otra es no llevar wordpress y cambiarlo por picocms, pero en realidad me da igual. Me gustaría ser capaz de dejarlo correr. Podría meterlo en otro hosting. Pero no sería igual sin el control que me he acostumbrado a tener.
He portado parte de 2003. Pensé que me haría daño, pero no ha sido para tanto. Al fin y al cabo, eso lo viví. Eso es parte de lo que soy. Madre mía. Qué cosas. Lo peor, lo más dañino, es que sigo igual, o la mierda en la que pueda traducirse eso. De una persona que ya no existe. Desde una persona que ya no soy.
Y, por otro lado, no.
Después de terminar de mudarme a linux por fin, me di cuenta de que había perdido los archivos originales de palabra de bob. Ley de vida. Jodida ley de vida. Pero me hizo pensar en la fragilidad y en lo que conservo.
En hasta dónde existe lo que existe.