Dos días por una resaca me parece algo excesivo. Hoy es el tercero. Que no soy yo nadie para meterme con las cosas del cuerpo, pero creo que agilizando procesos y adelgazando burocracia y estado se podría resolver en menos tiempo.
Dos días boqueando, mirando series, mirando por la ventana, observando el frío fuera, el viento mover las ramas de mi cerezo enano, mi naranjo enano, mi fin de semana enano. Un Murakami de las criaturas del pantano. Dos días aniquilados, exhaustos, contemplativos.
Visto así no resulta tan malo.