Además, esta lista no es para redundar en el barro, sino mi costumbre
desde hace un huevo de llevar un diario en internet. Ahora hablo de
lo que hablo, tron, pero no es para eso. Después de que se borrara el
diario de un tarado en el fondo del bar no confío en ese rollo. Aquí
no se ha perdido aún ningún correo.
No es el regodeo en el dolor lo que me mantiene cerrado en esto, tío,
joer, es el mismo dolor. Pero os entiendo, y lo intento. Lo estoy
intentando con todas mis fuerzas, joer. Ayer fui a veros (bueno, y
luego tuve un gran bajón) y hoy quedé con Hare para tocar, y
mañana… yo qué sé, pero algo habrá.
Eso es algo. Buscaré curro los fines de semana y me olvidaré de todo.
A lo mejor es que yo quiero demasiado (eso es una estupidez) pero
relegarlo a una esquina de mi cabeza no me es tan sencillo, se me
escapa constantemente.