Lo racional reduce todo a las causas, sin olvidar que aquello que puede ser cualquier cosa no es, propiamente, nada.
El asombro acepta que las cosas son lo que son, y no en la medida en que somos.
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Lo racional reduce todo a las causas, sin olvidar que aquello que puede ser cualquier cosa no es, propiamente, nada.
El asombro acepta que las cosas son lo que son, y no en la medida en que somos.