Ahora sólo escribo
en la bañera.
En la espuma de los días cuando
ya han pasado.
Y escribo ocaso,
o escribo mierda,
cosas que no concuerden
con el olor floral.
O escribo jerga
y escribo pestilencia,
no sé,
cosas atrevidas.
Mientras el tiempo va cayendo
sobre mi barriga
y la tarde se posa,
yo me siento intrépido
o algo, rebelde, no sé,
gargantuesco
flotando en agua con sal y sudor.