Un filósofo: es un hombre que constantemente vive, ve, oye, sospecha, espera, sueñas cosas extraordinarias; alguien al que sus propios pensamientos golpean desde fuera, como desde arriba y desde abajo, constituyendo su especie peculiar de acontecimientos y rayos; acaso él mismo sea una tormenta que camina grávida de nuevos rayos; un hombre fatal, rodeado siempre de truenos y gruñidos y aullidos como acontecimientos inquietantes. Un filósofo: ay, un ser que con frecuencia huye de sí mismo, que con frecuencia se tiene miedo a sí mismo —pero que es demasiado curioso para no «volver a sí mismo» una y otra vez.
Fiedrich Nietzsche, Más allá del bien y el del mal, Alianza, 1997. Traducción de Andrés Sánchez Pascual.