Con el fin de los exámenes la laxitud, el salir mucho y bien, recuperar pasito a pasito mi relación con Lore a base de cafés, cenas, terrazas y risas robadas con un esfuerzo casi brutal. Dormir, leer el corto de Jon para hacer la sinopsis, estoy relajado, me compré una cámara digital, hice trescientas fotos y la devolví. Y aquí ni dios contesta, me siento como en una serie que veía de crío que transcurría en un Marte colonizado, en el que el protagonista se quedaba sólo (entre los humanos) y los marcianos o su imaginación jugaban con él. Bueno, Lore me llama para tomar café, pasito a pasito… No puede ser de otro modo, estoy enamorado.