Andaba pensando que mañana, 14 de febrero, día comercial de los enamorados, hace exactamente cinco meses del 14S. Deberíamos celebrar un anti-aniversario, como el mes pasado, para con el tiempo irlo dejando en una celebración al año, el mismísimo 14S, imponente, a ver si le pierdo ese respeto tenebroso que le tengo.
Porque el amor no se rompe, se rompen las relaciones, que son cosas bien diferentes. El amor continúa, y con el tiempo va aprendiendo a vivir sólo, a emanciparse de la relación. El problema es la transpersonalidad, uno ha compartido ciertos momentos de intimidad en los cuales la sinceridad y la percepción del otro son completas, y no puede dejar de echar en falta ese momento de conexión con lo real, con esa parcela determinada de realidad pura. Es difícil con otra gente, a ciertos niveles, con ciertos matices, porque uno ha invertido mucho tiempo, esfuerzo, amor, ganas, curiosidad, deseo, vida con la otra persona. Hay que reandar el camino, o limitarse a los encuentros esporádicos con el que ya se tiene el terreno ganado.
Lo patético es no haberse dado cuenta de la existencia de esos ciertos momentos cuando la estructura de la relación se mantenía firme. Aunque eso es más bien una tontería, uno se daba cuenta, si no de qué ese ahínco en el otro.
Mi amor va aprendiendo a emanciparse de la relación, pese a los esporádicos encuentros. Si no te dejan más que migajas de abrazos, habra que hacer que las migajas sean grandes, embutiéndolas en una vida más amplia, con más intereses, haciéndolos parte y no todo. Se hacen grandes al mezclarlos, porque valen lo suyo, y no un todo más o menos romántico. Mestizaje de experiencias.
No hay que andar ningún camino, el terreno lo ganamos ya en su día.
Andaba pensando en la historia que me contó Cisneros, acerca de una piba que dejó al pibe y queda con él todos los fines de semana para que no se sienta mal. Va él a buscarla, pero ella consiente, aquiescente.
Y supongo que ella se siente bien porque está ayudando a alguien a quien quiere, y él siente que la está recuperando, que no está perdida.
Cosas que pasan, frecuentemente.
Sólo le están dando recorrido a la ostia, que al tener más impulso será más terrible.
Ayayay.
(Qué rica el agua en medio de la resaca terrible, Rodrigo, cabrón, si acaso ves que me paso seis pueblos o más…)
Hay cosas que no sé escribir, como que he comprendido que lele tiene un problema tamaño XXL con ella misma, y que no sabe ni por dónde empezar a resolverlo. Porque eso, si el que habla es el dejado, siempre es raro, confuso y con pinta de tendencioso. Tiene que encontrarse, tiene que tomar las decisiones, tiene que saber qué es lo que quiere (en la vida). Más o menos como todos, pero ella tiene ahora ese pensamiento en el centro de la diana. Me gustaría saber decirle: «relájate, relájate, eso va a estar ahí siempre, vive con ello». Pero no me sale, y cuando me sale no hay nadie al otro lado. Por curioso que parezca, tiene rabia, me tiene un odio inmundo (y con lo de curioso me refiero a que esos sentimientos se asocian más bien al dejado, no a que yo no sea una persona evidentemente odiable, por muchos motivos). Piensa que le asesiné la personalidad, la lele que era antes de conocerme, que la he dejado vacía, seca. Algún día comprenderá que eso sólo sucede cuando uno se mete detrás del otro y se abandona a su suerte, por miedo, por inseguridad… vaya usted a saber.
O no lo comprenderá nunca. En cualquier caso, no es buen punto de partida arrancar en oposición a cualquier cosa, la estructura hace grietas bien pronto. Al definirte en oposición a otro sigues dependiendo del otro, del concepto que del otro tienes en la cabeza. No eres tú mismo.
Bah, en cualquier caso ha empezado un viaje, uno de tantos, la vida es eso entre otras cosas. Suerte, mi niña, ya sabes dónde me tienes. Sabes que yo no debo acercarme ni un milímetro. Que yo ya no debo tener poder de decisión en esto. Al menos hasta que no reconozcas tu núcleo duro (que lo tienes, aunque te empeñes en no querer verlo, y claro que nadie excepto yo es capaz de verlo, sólo a mí me lo mostraste, para los demás tienes la-cara-que-no-defrauda, lo primero que deberías romper [ni eso podría decirle, me lo toma a mal porque en este punto le despista, no diré más que luego me acusan de indiscreto]).
Buen viaje.
PD: cualquier opinión vertida en esta web es, evidentemente, personal y no aspira en ningún caso al rango de verdad eterna y/o universal. Puede ser todo de un modo bien distinto, este es el que yo veo, simplemente.