El hecho de ser una persona con múltiples aficiones y poco dinero te lleva a situaciones raras.
Hoy he entrado a una farmacia a comprar una pera para lavativas. Así. Una tontería. Total, la pides, te vas y santas pascuas. Pero uno es vergonzoso. Hasta el extremo. Llevo más de un mes diciéndome, al principio bajito y con educación, después de forma más enérgica, la última semana con apremio y mala cara, que ya es hora de superar tontunas infantiles y enfrentarme a la farmacia y la pera de las narices. En ese lapso intenté convencer a mi madre, a Merayo y a Leti de que lo hicieran por mí… pero no cuajó. Casi mejor, un humano debe ser adulto y enfrentarse a estos traumas.
Guapa, extra-maquillada, joven, con unos preciosos ojos azules. Llega un tipo con exceso de pelo por todas partes, y le dice:
—Hola.
Dejo las bolsas en el suelo para gesticular mejor.
—Hola, ¿qué quería?
—Mire, hago fotos —su cara tiene la pinta de decir «y yo tengo resaca, pero eso no creo que importe ahora»—, y tengo que limpiar el sensor, y me han dicho (tremenda frase) que ustedes venden (en la misma línea) una especie de…
Su mirada me está atravesando la cabeza, con un poco de preocupación.
—… de… de… bolas (sic) de goma, de… peras que al apretarlas sale aire, y con eso, ¿sabe? puedo limpiar los pequeños pelitos que tiene mi sensor.
—Ya sé a lo que se refiere, un segundo.
Menos mal, me veía haciendo malabarismos para no pronunciar «pera para lavativas». Desaparece, detrás de mí la cola tiene caras, pero yo no quiero mirarlas. Reaparece por la puerta y grita «¿con este tamaño le vale?»
La pregunta, en voz tan alta y con la cola detrás, ya tiene su cosa, pero es mucho mejor mi respuesta:
—No, la necesito mucho máaaaaaaas grande.
Desaparece de nuevo. Vuelve. Me cobra. Y yo salgo de allí con un flashback de la compra de mis primeros condones en la que me acompañó mi hermana (de nuevo, literal).
Al llegar a la calle algo me ha detenido para no arrancarme con un grito de victoria.
La información sobre la limpieza me llegó de microsiervos. Me voy a poner a ello ahora mismo, para compensar el rato.
La vida tiene unas cosas…
JAJAJAJAJAJAJAJA…jajajajaa