Hice un barrido en medio de ninguna parte.
Me senté un momento a descansar.
El cielo, azul, me miraba desafiante desde arriba.
La tierra más o menos desde el suelo.
Había dejado abajo los zapatos, el sueño,
las ganas de ser algo, la necesidad de
ser recordado.
Había venido con lo puesto.
No tenía ni idea de qué había venido a hacer aquí.