Ayer estuve con Ortondo viendo una peli y comiendo unas pizzas y tomando algunas cervezas. Después me dormí. Hoy ha venido Cisneros a trocarme café, leche y azúcar por tabaco y hemos tenido una buena conversación hasta que me he pirado al curro.
Había decidido ir andando.
Seré gilipollas.
Cuarenta minutos al trote. Me dolían las espinillas, resoplaba como una locomotora de vapor locomocionando mis ochenta y ocho kilos con ritmo suelto. He llegado diez minutos tarde. Mi jefa estaba chinada por lo del último viernes… pero yo no tenía más culpa que la de dar cosas por sentadas. Capichi, consultaré antes de moverme (es normal, por otra parte) y me he sentado en la sauna natural, generada después de los cuarenta minutos andando en un perímetro de dos metros a mi alrededor, a quemar toxinas (que no me hará mal) y a reconciliarme con el estar aquí y hacer las cosas que hago. He llamado a Lele y estaba conduciendo, así que he tenido una agradable (en serio) conversación con su madre hasta que se ha cortado justo a tiempo. Hacía tanto que no hablaba con la madre de lele que he dejado de vigilar. Sería redondear una buena puntuación hoy en el curro, jejeje.
A ver cómo se plantea la tarde, a ver cómo viene.