Pues sí, hoy me he puesto a actualizar wordpress. Rutinario. Bien. Como siempre. Y después me he preguntado si no podría poner más cosas que se mueven y tal en el tema. Está bien darse una vuelta por esto de cuando en cuando. Escribí mis miserias por aquí un tiempo. Después, para que no jodieran mucho a los otros (mentira) y para organizarlo todo un poco (verdad) las escribí por aquí. No sabrás nunca cuándo estás de más. No tendrás ni idea. Nunca tendrás ni la más remota idea. Tú simplemente estarás, con lo que conlleva: escribirás, tocarás, pensarás, dirás. Duele porque la piel no es materia inerte. Todos los ojos que he tocado me esquivaban miradas, de cuando en cuando. Yo simplemente estaba, y ese estar, que aprendí por las duras (y no por las maduras), ofende. Para que no jodieran mucho las escribí en secreto, como en secreto me tiro un pedo escondido en una tos fuerte. Huele, pero no pueden localizar la fuente. Sospechan, pero no pueden hacer una acusación formal. Eso es más que suficiente, me temo.
Quizá quiero un tema visual nuevo, pero… ¿qué tema para algo tan viejo? Para algo tan inveterado. Para algo tan del pasado, que existe sólo porque yo sigo existiendo cuando se regeneran mis células.
Esa cierta idea de continuidad que, contra todo pronóstico, pese a todo, continúa.
(He estado grabando un par de cosicas, pero a estas horas quién va a cantar a gusto, mecagondié)