«En el comienzo del amanecer, el día va dándose vuelta, a pausas; casi se oyen los goznes de la tierra que giran enmohecidos; la vibración de esta tierra vieja que vuelca su oscuridad».
Juan Rulfo. Pedro Páramo.
Duermo acurrucado en posición fetal al borde de la cama. Estoy desbordado, y eso me hace buscar la huída. Sólo vivo en esta casa, así que no puedo huir a ninguna otra parte. Por eso me acurruco, en la cama, con alguna película invisible que da compañía. No me despejo. De hecho cada segundo estoy más y más confuso.
Trabajo atrasado, sueño atrasado, cosas pendientes que nunca hago. Me doy la vuelta, perseguido por los pensamientos. Quiero estar otra vez en Ávila, por ejemplo. Allí no había ordenador reclamando.
Me sobrepongo. Me levanto, cojo el teclado. Ha sido un instante, pero no sé hasta qué momento. No sé hasta cuándo.
«Y en fin para que nazca un artista se precisa
que nazca un niño y luego no muera del disgusto.»
José Agustín Goytisolo. Sobre las circunstancias.
PD y exabrupto: ya está solucionado el problema con la escritura de comentarios.