Escribir una novela cuando no eres un moralista ni un retratista es dar palos de ciego. Es meter a unos personajes en un contexto e intentar que hagan algo. Pero las más de las veces los cabrones no hacen nada, sólo te miran esperando algo.
Y ahí estamos, ellos y yo, esperando.
Ellos no tienen prisa.
los míos tampoco tienen prisa.
Ja, los míos siguen igual, así que me dedico a mirar soluciones a problemas de ubuntu (hoy ha reventado mediante una actualización que se cargó las X, así que no está el tema aburrido) y a ir actualizando perdidos en linux. Además me he reencontrado, después de muchísimo tiempo, con el palomar, la radio y la lectura.
Y leo como un cabroncete y duermo como un lironcete.
(Consecuencias, por otra parte, de no poder ya adocenarme ante el canal de historia, sic).