En Córdoba la gente tiene pies, lo sé porque se les ven. Apunto que me maravilló dormir solo hasta que encontré a alguien con quien quería dormir, a partir de entonces fue insoportable. Aquí la gente anda demasiado deprisa como para que se les puedan ver los pies (típico comentario de alguien de aquí que sale, lo sé). En Córdoba por la noche es de noche. Eso constituye otra novedad, y hay zaguanes donde sentarse a ver languidecer el tiempo, fumando un cigarro y hablando de esto y aquello. Pregunto, ¿queremos ser algo por que no está mal o lo queremos para librarnos de esto, de estas prisas sin sentido? Me cuesta discernir la respuesta, seguramente porque estoy cansado. En Córdoba también lo estaba, pero tenía, tuve, el zaguán y la cama acompañado. Toda una diferencia, a todas luces.
Me estaba durmiendo en la silla pero no quería irme a la cama. Me gustaba más dormirme con las voces de fondo, con las horas languideciendo y las estrellas como techo. Seguramente algún hotel ofrece esto un poco más allá del precio básico. Pero seguramente no sea lo mismo. Los paletos de pueblo han dejado paso a una masa estúpida: los paletos de ciudad. Estuve tocando la guitarra, cuánto he perdido. Pero la música sigue siendo lo mismo. Es una de las cosas que se aprenden mirando, medio dormido, con el cuello dislocado, mientras la noche avanza y la gente habla tranquilamente, sentados.
Si lo que quiero es librarme de lo otro no voy por buen camino.
Cordoba es unica tio…y esos pueblecitos deben ser la caña de España…ya debe ser la tranquilidad algo pesado…..demasiado para nosotros.