Cada vez que estás aquí vuelvo a entrar dentro de mí.
Cada vez que tú no estás no me entiendo, me tengo que inventar.
En el aire sin motor,
en los días sin reloj.
Cada vez que tú te vas no lo dudo y me miento,
me tengo que engañar.
Y después de entrar en el colchón
te abrazó en el aire, te huelo en mi sudor.
Te quiero en soledad,
te busco y tú no estás.
No me importa crecer a la contra si tengo tus ojos donde mirar,
no me importa caer en vuelo si tú estás.
No me importa que todo se tuerza y que salgan grietas en la realidad,
no me importa no tener nada si tú estás.
Vuelvo a ser el niño aquel que fui,
tranquilo y sincero, sin miedo ni dolor.
Escrito en tus besos nada puede ocurrir,
escrito en tu vientre, sentado junto a ti,
respirando junto a ti,
pensando junto a ti.
Y tal vez el tiempo me haga rey,
rey de un sueño que empiezo a construir,
tú y yo creciendo, jugando al porvenir,
tu y yo yo y tú, tú y yo.
Tú y yo,
tú y yo.
No me importa crecer a la contra si tengo tus ojos donde mirar,
no me importa caer en vuelo si tú estás.
No me importa que todo se tuerza y que salgan grietas en la realidad,
no me importa no tener nada si tú estás.
Canción 1 de «pares sueltos».