1.
"Dos rebanadas de pan zulado son mucho mejores que una sola, lo mires por donde lo mires. Acércate a tu distribuidor actualizado y consigue un par de unidades gratis."
2.
Habíamos estado dando vueltas por el tontódromo, intentando encontrar algo que hacer además de lo que ya estábamos haciendo. La gente en sus corredores verdes y azules, naranjas y amarillos estaba demasiado ocupada yendo a alguna parte como para prestarnos atención, así que les mirábamos sin preocuparnos de que se enfadaran. Lo bueno de ser gente del arrabal es que mientras no nos acerquemos demasiado los demás se esfuerzan activamente en no vernos. Un camuflaje perfecto. Le pedí a Rosa algo de crota para aguantar el rato y, como estaba de buenas y tenía de todo, no le importó dármelo. Agarré el cacharro de plástico e inhalé con todas mis fuerzas. Una señora con un disfraz de perdiz corría entre las rutas. Fuera por lo que fuera no era consciente de lo que estaba a punto de pasar. Para nosotros era una distracción, nos sentamos en una parte no molesta del pasillo y esperamos.
"Dime dónde estás, dime dime dónde estás, el viento siempre a favor, no dudes nunca si la opción es Respiral 36. Respiral 36."
Esas eran nuevas, se colaban en la interfaz como mensajes de usuario y forzaban a mirar. Quizá no tardaríamos demasiado en ignorarlas como las demás. Una patrulla acudió rápida y sacó a la mujer de la zona de rutas y le pidió la documentación. Ella parecía confusa. Después de un rato se la llevaron a recuperar la consciencia a otra parte. "¿Viste eso del Respiral tú también, K?". Lo vi, lo vi. Algo más de lo que no preocuparse en cuanto se pueda. Seguimos allí sentados un rato, hasta que llamamos la atención y nos pusimos de nuevo en movimiento, recortando entre zonas de luz y zonas de sombra, el destino estaba muy claro y la duda estaba como siempre en el camino que tomar. De aquí para allá. Siempre en marcha.
3.
Cuando llegamos donde Roberto estábamos secos y ligeramente agotados. "Tienes que saber dónde está la luz, la luz está siempre con Rounar, tu equipamiento auditivo perfecto". Nos sentamos en los sofás disponibles y recargamos las baterías de la interfaz. Si dejas que la batería se agote es un incumplimiento de contrato y puedes tener bastantes problemas. Afortunadamente por cada ley hay setecientas trampas. Mantenerse dentro del agujero es relativamente fácil si estás atento. Si no lo estás es que o eres tonto o que ya no tienes las ganas suficientes de masticar cemento y has llegado a la última parada.
Vino el hombre tontísimo que había aparecido algunos fines de semana atrás, el que decía que no pertenecía a la ciudad ni al arrabal y que repetía que tenía mucho que aprender de todos nosotros. Todo el mundo sospechaba de él. Tuvimos que explicarle cómo funcionaba la RB y cómo mantener el derecho de pernocta en uno de los hoteles del toque de queda y cómo comer, y como beber, y cómo recargar sus baterías. No tenía ni idea de cómo alguien tan ignorante podía haber crecido tanto, y eso me producía curiosidad. Puede que fuera un engaño, pero para ser un infiltrado era demasiado bobo y tampoco iba a contarle nada que no debiera. Mientras tanto podía engañarle en un par de cosas que no fueran serias y sacar algo de partido del asunto.
Se sentó entre nosotros y lo agradecí. En un par de horas como máximo tendría que acostarme con Rosa y activar el programa de comparte tu cuerpo. Nada que no hubiéramos hecho miles de veces antes, pero tampoco nada realmente agradable. Él no tenía ni idea de qué era eso, por descontado, pero yo tampoco tenía ganas de explicárselo.
4.
Verte desde fuera no es algo que se sienta muy real. Está tu cuerpo ahí pero otra persona toma las decisiones. Verdes o azules o naranjas o amarillos estaban pasando un buen rato. Al final esta gente no tiene demasiado tiempo disponible para encontrar alguien con quien divertirse. Es mucho más sencillo tomar la interfaz y literalmente el cuerpo de alguien con más tiempo o más disponibilidad. Cuando se lo explicaba a Pablo, de algún modo, fui más consciente de lo extraño que era el proceso.
Verdes con verdes, gente que por su actividad estaba relacionada y ganaba tiempo interactuando con los suyos. Gracias a la interfaz no tenían ni que ser conscientes de los otros para no perder nada de tiempo. Pero claro, eso tenía ciertas desventajas a la hora de encontrar distracciones. Azules con azules, gente con la que interactuar laboralmente. Restringes la agenda y todo se agiliza. Es más sencillo encontrar al que necesitas si la búsqueda no cubre a todo el resto de la humanidad.
El arrabal siempre, de un modo o de otro, carga con todas las culpas. No es que necesariamente las tenga, es que es siempre más sencillo saber a dónde mirar. A veces castigando a tres o cuatro de los que no currábamos el resto de la gente se tranquilizaba y podía seguir con lo suyo sin darle muchas más vueltas. No currar y percibir la RB y tener acceso a los hoteles del toque de queda era una mierda, pero currar también lo era. Como estar follando pero todo el rato.
5.
"25 minutos hasta tu destino perfecto. Tu lugar soñado. Donde serás siempre tú, hoteles Destino Blanco".
Se lo expliqué una vez a Pablo. Mi teoría siempre fue que el tipo era un rico haciendo un viaje de introspección al agujero, pero siempre me sorprendía. Hay cosas que hasta ellos saben y Pablo no sabía. La gente alquila su cuerpo a la IA en la jornada laboral, se ven desde fuera mientras trabajan. Es un tiempo que ceden para poder tener una residencia fija con cosas fijas que caben en más de la mochila que llevan a la espalda, seguridad social, hijos, nietos, ese tipo de cosas. Tampoco yo lo tenía demasiado claro. El examen capacitador. Ese momento en concreto.
No tiene mucho sentido complicarse más que eso. Te toca o no lo hace. Bueno, te pertenece o no lo hace.
Quién sabe.
Pablo me dijo, para no variar, que no lo entendía. Había intentado con todas mis fuerzas tener paciencia, pero me estaba cansando. Vivía como los demás. No tenía sentido que siguiera haciéndose el tonto.
Un martes se lo llevaron. Sin violencia, lo que fue curioso. Tampoco excepcional, había pasado antes, pero me dejó pensativo. Rosa me pasó algo de crota y lo dejé correr. Teníamos algo de tiempo antes de entregarnos y lo ocupamos en mirar las líneas para ver si alguien se saltaba el ritmo, pero no hubo suerte ese día. Todo el mundo fue por donde debía y nadie vino a buscar a nadie.
A veces es algo aburrido ser libre.