Siempre es mejor, por supuesto,
encajarlo justo debajo
del corazón.
No intentes golpear
al toro en el ojo.
Cuando busques hacer daño
apunta a un blanco grande
y golpea varias veces.
El que se detiene
no es más que un necio.
Recuerdo una conversación
con un leproso
que sugería usar
garfios y poleas.
No, no es así.
Estaba muy amargado.
Es mejor ir directo al ojo,
destrozar la cornea,
cegarlo,
y después estrangularlo con una cuerda.
Mi madre sugería un viejo gorro de baño
metido hasta la garganta.
No, no es así.
Asegúrate, se inteligente.
Dile que busque las estrellas
y se matará en la escalada.
Háblale de Chatterton, de Villon.
Sugiérele cosas.
No te apresures.
Él lo hará por su cuenta.
No hay prisa. El tiempo no significa nada
para tí.
Charles Bukowski.
Madrigales de la pensión.
Lección sobre el objeto.