Son más sencillas esas mañanas en las que me levanto lleno de energía y lo que me cuesta es mantenerme sentado en la silla del curro. Esas en las que el sol brilla el coche ronronea y huele a romero y bajo las escaleras trotando salgo del garaje convertido en un dios menor del volante tiro la basura en sus contenedores compro cocacola me como una manzana a bocados grandes entro por la puerta como si no pudiera pasarle al mundo nada más grande y me siento y empiezo a mover las piernas y no dejaré de hacerlo hasta que vaya por la tarde a visitar los olivos. Nah, no sé si son más sencillas. Son mucho más bonitas.