Estaba viendo Dolor y Gloria y en la escena del huevo de zurcir he sentido una implosión de cosas en la cabeza. Las herramientas, este teclado en el que escribo. Cosas básicas que han pasado por el barnizado del tiempo y del uso y se convierten en otras cosas. Me ha explotado la cabeza y está bien sentir eso, me digo.
La vida es un eterno ahora imperecedero (al menos hasta que deja de serlo), añoras ahora y recuerdas ahora y hasta cuando vives en el pasado lo haces ahora. Los significados se construyen ahora, pero el material del que están hechos… también. No recuerdas lo que fue sino lo que es ahora. Lo que importa lo es por lo que fue, pero tamizado por lo que eso significa ahora, por lo que recuerdas y por cómo lo haces. Es sólo esa idea, esa relativa independencia del presente. Sólo esa especie de monstruito vital en el que me cuesta caer a menudo. Creo que sólo tenía que escribir eso.