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Toda la mañanita haciendo la canción más ñoña jamás escrita. Una canción que empalaga tanto que no hay dios que la soporte. Tengo algunas dudas con la estructura de las estrofas, cuando la termine, y la grabe, la subiré. Leyendo un rato (más historia de la mierda, para ver qué tal reacciono a los catalizadores), metido en la ducha, fumando mucho, supermineralizándome y supervitaminándome.
Es de necios cerrar los ojos para ver el sol.
1.
Y…
bum, bum…
ya estoy dispuesto y enlato
mi soledad para que
no incordie
y me voy de bares
a conocer gente
donde la gente anda.
Las esquinas tienen
ángulos multicolores
que son los caminos
que empiezan y van a alguna
parte donde puedo estar
en un rato
si me da la gana.
Y los bares son habitaciones con
barra y cámaras donde la
autocompasión se vende a
700 pelas —gracias, Goyo—
y los servicios casi siempre
huelen mal y están regularmente
sucios.
Y los pensamientos allí
cobran formas diversas y algunos
desaparecen y otros
se vuelven importantes cuando
la rubia del fondo te sonríe y tú
no sabes que decirle,
y parece necesario tener buena ropa
porque la presencia es precisa
y las ojeras despistan
y los sueños deben dejar hueco a las
ilusiones cuando la rubia del fondo
se levanta y te pide una cerveza.
Entierro el hacha de guerra,
son pocas entradas si tu me cierras,
no quiero decir que pueda reír,
no es nada tan fácil ahora sin ti,
no quiero nacer volver a creer,
no quiero pensar si tú no estás,
dame café, dame soledad,
dame un cigarro que quiero fumar,
envolverme en gris, hacer qué decir,
decir qué hacer en tanta levedad,
tequila tal vez (es mejor no empezar)
no quiero imaginarme dónde estás
Entierro el hacha de guerra,
son pocas entradas si tu me cierras,
entierro el hacha de guerra,
son pocas entradas si tu me cierras
pensándolo bien es mejor escapar
desbocado a ningún lugar,
la tierra del bien quiero fumar
sin saber dónde estoy,
si quiero creer tendré que volver
aunque aquí el aire huela tan bien
a maría tal vez un poco más,
tanta droga y yo tan mal
como decía siniestro,
tanta puta y yo que viejo
y si llamo a las puertas del paraíso
hallo tras ellas el infierno del silencio
silencio de caras silencio de calles
silencio de bares repletos
y si te recuerdo y veo aquello
que nos hizo distintos
es únicamente por ello
por lo que te quiero
Entierro el hacha de guerra,
son pocas entradas si tu me cierras,
entierro el hacha de guerra,
son pocas entradas si tu me cierras
quiero decir que quiero volver
que quiero sentirme junto a ti
harto de joder harto de follar
quiero hacerte el amor
nacer en tu piel morir en tu sed
transformarme en ti tal vez
llorar después como el niño que soy
acunado en tu regazo
como decía siniestro,
cuanta vida y yo que solo…
y si miras bien me encontrarás tal y como fui
pues en este tiempo sólo ha pasado tiempo…
Y vale, esto se llama Lorelay
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