Año: 2004
imagen seis
Tal vez te diste cuenta que aquello de fuera no era tan grande. No lo sé.
Tal vez fue otra cosa, tal vez, como dijo el cusano, todo sea un trasunto interior que explende o irradia hacia fuera, transformando el mundo.
Quizá por eso siempre tienes lo que te llevas. O quizá por eso tarde o temprano siempre te alcanzan los mismos problemas, por muy lejos que te vayas. Entonces toca partir otra vez, y otra vez para nada. Hay un tipo de maleta que nunca puedes dejar en casa.
No tengo ni idea.
de vuelta ya
La educación es un impedimento a la hora de hablar. Los que escuchan asienten, pero no retienen nada. No importa lo que digas.
Lo que me jode es que, al final, constato por todas partes que la única forma de ser comprendido y, a la postre, respetado, es a gritos. Qué triste.
Me hubieran gustado tantas y tantas cosas que he perdido la cuenta de los desengaños. Los únicos que me han entendido alguna vez tienen los oídos heridos. Y eso que yo les dije a todos lo mismo.
Si no gritas pecas de tonto, y tiran de ti hasta que rompes la cuerda.
Pero, al contrario que al hablar, en este caso romper la cuerda es hacerlo de una vez y para siempre. Nunca han entendido nada. Y ya es tarde para que lo hagan.
Adios a todos los que no quisieron escucharme. Que os vaya bonito.